miércoles, 15 de noviembre de 2017

Porque correr es vivir




Mucha gente no nos entiende, nos miran con rareza, piensan que hace “ese tío” corriendo con el frio que hace, lloviendo, cuando la cae la noche o cuando ni siquiera los primeros rayos de sol han iluminado el nuevo día. La verdad que hay un poco de locura en todo esto, nos gusta cansarnos, desgastarnos, sufrir, llevar nuestro cuerpo al límite y todo esto para qué…


La verdad es que no hay una respuesta clara para esto, cada uno tendrá la suya, pero cada vez somos más, esta enfermedad, nuestra locura se contagia, siendo muchos los que se acercan a probar nuestra droga y lo que está claro es que engancha, empiezas a pensar en ritmos, carreras, zapatillas, sueños, retos, tu día a día tiene mucho más que el trabajo, los problemas, el estrés,… esta droga arrasa con todo eso, porque mientras corres eres libre y tu locura empieza a tener sentido.

No sé si esta sensación la tendrán los 35000 corredores que se dieron cita en la Behobia, muchos quizás solo querían vivir la fiesta que rodea a esta carrera y aún no estén enganchados a nuestra locura, pero otros como es mi caso, viviendo una de las pruebas más bonitas que se pueden disputar, te vienen a la cabeza todas y cada una de las respuestas que darías a todo aquel que cuestione nuestra filosofía de vida, porque en este fin de semana las he sentido todas.

Y aquí están mis respuestas:


Por los amigos que encuentras compartiendo tu locura.

Por los momentos que pasas con ellos.

Por los viajes que se hacen y que haremos con la excusa de una carrera.

Por las cañas, los pintxos, las risas.
 
 
Por los sueños, las ilusiones, el tener un objetivo a corto medio plazo que te motive tu día a día.
Por alcanzar metas.

Porque si no has alcanzado tu objetivo, siempre podrás echar la culpa al viento, al asfalto a las zapatillas nuevas, a qué había mucha gente, a que no pillabas satélite con tu GPS, cualquier excusa si la quieres es válida, porque todo depende de ti.
 
Porque llegas a carreras como la Behobia y te das cuenta la de gente que comparte tu forma de vida.
Por un momento, una mirada, un recuerdo.

Por subir al Monte Urgull o al Iguenzo y verlo todo bajo a ti.

Porque los nervios o la irritabilidad, desaparece con el pistoletazo de salida y si lo piensas puedes transferir esas sensaciones a tú día a día, para aprender a controlarte en situaciones que te provoquen ese descontrol.

Por volver a Donosti a otra Behobia y que me vuelvan a animar por mi nombre gente que ni conoces.

Por chocar la mano a los niños que se agolpan en el recorrido de una carrera.

Por sentir como se ponen los pelos de punta al escuchar los ánimos.

Por ver el esfuerzo de la gente en alcanzar su meta.

Porque quiero ser cada día un poco mejor.

Porque me gusta.
Porque corriendo me siento yo.

Porque cuando corro me siento vivo… 


Gracias por este fin de semana, Zizurkil Runners



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